Inicialmente, las pruebas cosméticas o experimentación con animales son aquellas que buscan mejorar una formula principalmente de algún producto cosmético para no cometer algún daño a la hora de aplicarse en un humano y ser expuesto al público; los animales más usados para estas pruebas suelen ser las ratas o ratones blancos, conejos. perros y gatos, estos animales suelen ser sometidos a grandes cargas de estrés y ansiedad debido a que para mantenerlos inmóviles se le encierra en jaulas donde apenas les es posible entrar, todo esto con la finalidad de poder aplicar o inyectar sin ningún problema el químico cosmético a probar.

Es mala ciencia. La Administración de Alimentos y Fármacos de los EE.UU. informa que 92 de cada 100 drogas que pasan las pruebas en animales fallan en los seres humanos; también es ineficiente. Los experimentos en animales prolongan el sufrimiento de personas en espera de curas eficaces por falsos científicos y el derroche de dinero, tiempo y recursos valiosos que podrían haber sido utilizados en investigaciones humanas relevantes. (People for the Ethical Treatment of Animals [PETA] s.f.

Esto nos quiere decir que la mayoría de las pruebas ni siquiera son útiles para los humanos, igualmente se usa dinero con el cual podrían empezar a realizarse otro tipo de estudios y no en animales.
Continuando, estos estudios no dañan solamente a los animales, también dañan la naturaleza debido a que se necesita una buena cantidad de fauna para poder tener variedad de organismos a la hora de testear, esto dañando ecosistemas y aumentando plagas que a largo plazo de una u otra forma dañaran a los humanos; al día de hoy ya existen métodos más seguros y en contra del maltrato animal e incluso mucho mejores que la experimentación animal, pero estos siguen siendo poco usados ya que la gente confía más en un científico que usa un ser vivo con la idea de que simplemente por serlo se lograran fórmulas más acertadas en cuanto a cosméticos nuevos siendo esto un completo error, ya que los beneficios que se obtienen de estas prácticas son inexistentes; muchas de estas prácticas están siendo prohibidas gracias a estudios y pruebas contra las mismas; la mayoría de estas prácticas se realizan desde hace más de 4 décadas; ahora se tiene entendido que son mucho menores las similitudes entre humanos y animales, esto haciendo que se aumenten dosis hacia estos y se usen más; recorridos realizados en laboratorios que usaban la experimentación animal, revelan los lugares tan poco higiénicos e inhabitables tanto para los humanos como animales, la comida que se les daba solía llevar algún tipo de químicos y pocas veces se les dejaba descansar entre todas las pruebas realizadas en un mismo día, los animales que mueren por esto son simplemente desechados en la basura; las personas que aplican los cosméticos en animales también resultan levemente afectadas ya que al tener contacto con los mismos se exponen a recibir daños los cuales no fueron detectados en la prueba hecha a los animales.
Si lo único que nos importara es obtener los mayores avances para la salud humana, por encima de las objeciones éticas, entonces el método a seguir no sería la experimentación con animales no humanos, sino que deberíamos estar dispuestas a
someter a otros seres humanos a tales experimentos, aun contra su voluntad. (Eze Paez, 2017)
Lo que nos quiere decir es que, si específicamente queremos avances para la humanidad, entonces se debería testear en humanos por más inhumanos que sean estas pruebas.
En conclusión, las pruebas cosméticas en animales no los afectan solo a estos sino también a nosotros y nuestro entorno, entonces ¿Sigue siendo justo esto?