La sexualidad ha sido espectadora de innumerables maltratos y prohibiciones a lo largo de su historia, concebible sólo por aquellos que poco o nada le importa la vida de los demás. La guerra ha sido el principal aliado para formar estas barreras de pensamiento entre la multitud, por ende, normalizando el hecho de criar a personas como carne cañón arrojados a la suerte al mundo.

Una de las formas en la que la sexualidad se ve atacada es el odio irracional, un efecto que va creciendo como bola de nieve pero que a su vez genera el espejismo de no tener fin, ralentizando el crecimiento y evolución que tenemos como pensadores y como sociedad.

Una serie de desafortunados acontecimientos buscan que se vean a los demás como enemigos a matar, es un escenario en el que nadie está a salvo, pues cada acción generará a su vez millones de retractores sedientos de sangre.

Otra cuestión importante sería la creación de bandos impulsados por su sexualidad, sea masculino o femenino, esta guerra es pan de cada día y aunque cada vez se ve menos, sigue siendo significativa; y esto podría ser explicado por el desconocimiento y la inoportuna sensación de creerse todo al momento, sin antes verificar.

Existe un motivo que encierra estas problemáticas y es la idea de propiedad, o sea, el sentir que algo o alguien nos pertenece a toda costa y por eso nos debe de servir y obedecer por sobre todas las cosas.

En el video Las víctimas olvidadas del Estado Islámico se nos muestra a hombres siendo masacrados y fusilados por representar esa figura protectora, a niños siendo esclavos sexuales o vendidos como ganado y a mujeres siendo víctimas de violaciones y negaciones de derechos, teniendo que soportar que sólo se les vean los ojos, ojos que manifiestan miedo, ya que en cada momento su vida corre riesgo.

Los beneficiados en este conflicto son contados en comparación con los afectados, por eso, en definitiva, se puede inferir que el problema central de los diferentes apartados mencionados anteriormente es el odio irracional hacia el otro, la desunión, y las barreras invisibles que crean diferencias entre las personas y la propagación masiva de equivocados valores y enseñanzas.